Mi historia comienza a mediados de 1984 en la zona norte de la ciudad de São Paulo (Brasil), conocida entonces como "Tierra de Llovizna". Mi infancia fue maravillosa, con muchos amigos, libertad y seguridad para jugar libremente en las calles del barrio, un enorme privilegio en claro contraste con las muchas inquietudes que tenemos hoy...
Siempre fui bueno en la escuela, aún sin tener que dedicarme mucho, era fácil en todas las materias, pero principalmente en las exactas, y con poco ánimo estaba entre los que leían la mayor cantidad de libros en la biblioteca. Algunos libros sobresalen y aún hoy los recuerdo, como "O Cidadão de Papel" y "O Homem que Calculava" estaban entre algunos de mis libros favoritos de vampiros y otros libros sobrenaturales...
Curioso y apasionado por la innovación, recuerdo caminar con orgullo por la escuela con mi reloj cuadrado negro que me indicaba la hora. Pero el verdadero vértice fue descubrir los nuevos mundos de posibilidades que surgían a través de los cartuchos de la Atari 2600, wow esto es muy nostálgico así que voy a cambiar el curso de la conversación...
Pero probablemente sin este contacto con mis primeros videojuegos y extravagantes gadgets tecnológicos no se habría despertado mi interés por la electrónica y la programación. Porque después de poner a cero algunos juegos comencé a preguntar cómo funcionaba todo, qué define la dificultad, cómo se comunicaban y terminaban generando las imágenes en el gigante y pesado televisor de tubo...
Y una cosa llevó a la otra hasta que en algún momento mi padre, preocupado por contener mi impulso de desmantelar los aparatos electrónicos de nuestro hogar, decidió inscribirme en 1997 a la edad de 13 años en el proceso de selección para el curso de electrónica en SENAI Roberto Simonsen, una de las mejores y más populares instituciones de enseñanza tecnológica dirigida a la formación industrial en São Paulo en ese momento.
Y de 1998 a 2000 fue el período de estudio más intenso de mi juventud. Durante los siguientes dos años estudiaría diariamente durante 12 horas en dos escuelas diferentes, 8 horas de las cuales en SENAI Roberto Simonsen y otras 4 horas de bachillerato en la escuela pública Albino César. Parece no tener sentido, pero ahora, mirando hacia atrás, puedo conectar algunos puntos, citando al maestro Steve Jobs.
El curso estaba dirigido a electricidad y electrónica, pero compartía una parrilla de temas con otros cursos y así también aprendimos dibujo técnico industrial, metalurgia y mecánica industrial (metalmecánica). Tuve contacto con diferentes metales, máquinas de soldadura industrial, tornos, fresadoras y fabricante de moldes industriales. Era un plan de estudios tan extenso que intervino el Ministerio de Educación y luego el curso dejó de existir, creo que por la carga de trabajo o para evitar crisis nerviosas en los adolescentes de clase media, decían los diarios de la época...
Pero sobreviví y, a pesar de todo, era una increíble base de conocimientos que usaría unos años más tarde en desarrollo de software y juegos, porque a pesar de esa formación específica para trabajar en la industria, el destino me reservó otro camino. Inmediatamente después de mi graduación en diciembre de 1999, aún en período de vacaciones, conseguí mi primer trabajo, donde inicié mi camino en el campo de la tecnología...
Para obtener más información sobre cómo llegué aquí, visite mis Memorias Personales.
Pensamiento: Generalmente los que saben poco hablan mucho y los que saben mucho hablan poco.